Traducción por Aarón Sánchez-Guerra
Mientras que la economía de Carolina del Norte se recupera de la pandemia de COVID-19, los economistas han notado una aparente paradoja: muchos estadounidenses que perdieron sus trabajos en la pandemia, particularmente aquellos en la industria de restaurantes y hospitalidad, no regresan a trabajar ahí.
La escasez continúa ya que algunos empleadores luchan por satisfacer la alta demanda laboral. Si bien el último informe de empleos del gobierno federal mostró un aumento de 850,000 contrataciones en junio, en esta etapa de la recuperación, los puestos se están ocupando a un ritmo más lento de lo que esperaban muchos pronosticadores.
Mientras tanto, la tasa del estado de desempleo en junio de 4.6% , aunque menor que la tasa nacional de 5.9%, todavía está por encima de su tasa pre-pandémica de 3.6%.
Por otra parte, los temores de una nueva ola de COVID se han avivado por una reciente propagación de la variante delta altamente contagiosa y la desaceleración de las tasas de vacunación en los EE. UU.Si los números de COVID continúan aumentando, cada vez más estadounidenses pueden dudar en unirse a la fuerza laboral para evitar contraer el virus.
Según el Departamento del Trabajo de los EE. UU., 1,6 millones de personas no buscaron trabajo en junio debido a COVID. Aunque palidece en comparación con los 9,4 millones de estadounidenses desempleados por la misma razón hace un año, podría aumentar nuevamente a medida que una variante más contagiosa se extienda en un país en el cual menos de la mitad de la población está completamente vacunada.
Esa tendencia es preocupante para el economista de Greenville Jim Kleckley.
“Conozco las razones por las que la gente no se vacunará, pero podríamos correr el riesgo de que la economía se convierta en un caos nuevamente”, dijo Kleckley.
El recuento de casos en el estado alcanzó su punto máximo a principios de febrero, antes de disminuirse por el aumento de las cifras de vacunación. Pero las cifras están creciendo constantemente, llegando a más de mil casos nuevos diarios, un aumento de cinco veces más que los casos promedios en Agosto. Los estados aledaños igual están experimentando picos similares.
Michael Walden, un economista que se ha desempeñado junto a Kleckley como asesor de la Oficina de Recuperación Pandémica de Carolina del Norte (N.C. Pandemic Recovery Office en inglés), dijo que un aumento reciente en el producto interno bruto y el crecimiento del empleo en todo el estado refleja las tendencias nacionales. Pero la tendencia ilustrada en carteles de restaurantes en todo el estado que anuncian salarios más altos o bonos de contratación, tomó a Walden por sorpresa.
“Creo que lo que se destaca de esta recuperación económica de todas las demás, al menos las siete u ocho nacionales que he observado como economista profesional, es que estamos viendo una gran cantidad de personas que perdieron sus trabajos o fueron despedidos de sus trabajos, sin apresurarse a regresar una vez que esos trabajos estén disponibles”, dijo Walden.
Aparte de las preocupaciones sobre la nueva ola, Sarah House, economista superior de Wells Fargo, cree que el reempleo se ha visto frenado por un período de ajuste para los trabajadores desempleados a quienes se les dijo en los últimos 15 meses que eviten trabajos que los exponen a otras personas.
“Y si piensas en una industria como la de servicio y la hostelería, en la cual estás muy cerca de mucha gente que no conoces, es un ajuste mental que muchos de nosotros tenemos que hacer”, dijo.
“No es como oprimir un botón y volver inmediatamente al entorno anterior. Hay muchas fricciones que deben resolverse”.
En Carolina del Norte, más de 520.000 residentes trabajaban en el servicio y la hostelería en febrero de 2020 antes de caer a 287.000 en abril. Aunque ese número se agravó durante el verano antes de alcanzar una pendiente gradual, según los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS por sus siglas en inglés), sigue habiendo una falta de 59,600 trabajadores en la industria.
Si bien la mayoría de los sectores han superado el índice de referencia del 90% en términos de recuperación desde febrero de 2020, los sectores de alojamiento y restaurantes siguen a la zaga de otras industrias.
En general, el estado perdió 867,000 trabajadores empleados en el apogeo de la recesión de COVID-19, entre febrero y abril de 2020, según un informe de Andrew Berger-Gross, economista senior del Departamento de Comercio de Carolina del Norte.
Ya para mayo de 2021, más de 700,000 trabajadores se habían reincorporado a la fuerza laboral, dejando un déficit de 164,000.
“Mientras tanto, el número de personas que buscan trabajo es solo 32,000 más que antes de la pandemia, lo que indica que solo una fracción de los que permanecen sin trabajo están buscando activamente otro trabajo”, dijo Berger-Gross.
Pero la demanda de mano de obra es alta, con un aumento de 109.000 puestos de trabajo, un 42% por encima del nivel previo a la pandemia del estado.
En Asheville, una ciudad dependiente del turismo, Jane Anderson, quien dirige la Asociación de Restaurantes Independientes de Asheville, dijo que aproximadamente 1,000 puestos permanecen sin ocuparse entre 130 restaurantes de esa asociación.
“Muchos restaurantes no abren para el almuerzo; cerraron dos días seguidos cada semana y, en última instancia, hicieron lo mejor que pudieron”, dijo Anderson.
House dijo que la recuperación en los trabajos de servicio y hotelería sigue a la zaga de otras industrias en Charlotte, similar a la tendencia nacional.
“Prácticamente todos los restaurantes están buscando trabajadores en este momento, y muchas veces ves tiempos de espera más largos, o incluso cierres en horas impares, porque simplemente tienen problemas para dotar de personal”, dijo House.
Los trabajadores mejoran sus habilidades mientras que los empleadores pueden buscar la automatización
Walden, quien se jubiló como profesor de la universidad North Carolina State en marzo, señaló varios factores detrás del enigma actual del mercado.
Los economistas encontraron una correlación entre los beneficios por desempleo de larga duración históricamente altos y la renuencia a solicitar puestos de trabajo, dijo. Pero esto también fue evidente durante las recuperaciones económicas pasadas.
A diferencia de otras recesiones económicas, la renuencia a regresar al trabajo tiene una causa única para algunos en la pandemia: muchos padres han dudado en regresar a la fuerza laboral hasta que estén seguros de que sus hijos regresarán a la escuela, para evitar pagar costosos servicios de cuidado infantil.
“Pero creo que la gran, gran razón (para explicar la escasez de trabajadores) es que hay muchas personas en trabajos con salarios más bajos que se han tomado el tiempo del último año, cuando han tenido apoyo financiero y beneficios de desempleo, para rehacerse, luego salir al mercado e irse a otros trabajos”, dijo el economista Walden.
Esta nueva búsqueda de empleo valora una carrera mejor remunerada en cambio de trabajos con un bono de contratación de $70. Este enfoque a largo plazo ayuda tanto a las personas como a la economía en general, según Walden.
Si bien una reorganización del mercado laboral podría aumentar la inflación, lo que a su vez podría hacer que la Reserva Federal aumente las tasas de interés, los cambios también permiten a los trabajadores encontrar los trabajos que prefieren y hacer que la economía sea más eficiente.
Las empresas se verán obligadas a adaptarse presionando más hacia la automatización, como el lanzamiento de nuevos quioscos de pedidos de McDonald’s en 2015, dijo Walden. Pero sustituir a los trabajadores por tecnología tiene el costo de “eliminar toda una categoría de trabajos, aunque sean trabajos mal pagados”, dijo.
Cuando la pandemia llegó a principios de 2020, dijo Walden, economistas como él predijeron que cada vez más empresas adoptarían la automatización para reducir la propagación del COVID o de una enfermedad futura.
“Y está sucediendo, pero por una razón completamente diferente, lo cual es muy interesante”, dijo Walden. “Parece que ese sector irá más a la tecnología, pero no porque los dueños o gerentes estén preocupados por otro virus; están preocupados por lo que no pueden encontrar, y eso son los trabajadores”.
Su colega, el economista Kleckley, recuerda la recesión de principios de la década de 1990, cuando los estadounidenses “vieron la guerra” en Irak en la televisión mientras sucedía. Este fue el comienzo de una nueva era de alta tecnología, y compañías como las fábricas textiles de Carolina del Norte determinaron que menos trabajadores altamente calificados podrían producir la misma producción.
“Ahora, si está trabajando en una fábrica textil, podría ser un ingeniero, no un trabajador de línea”, dijo Kleckley.
Al igual que la recuperación posterior a la pandemia, la recesión de principios de los noventa se caracterizó por una lenta recuperación del empleo. La explosión tecnológica resultante durante la siguiente década vio el surgimiento de Internet, los teléfonos celulares y una agricultura y fabricación más mecanizadas ya que las industrias se vieron obligadas a adaptarse.
Kleckley cree que las empresas como los restaurantes deben considerar lo que hizo McDonald’s hace seis años para adaptarse a una fuerza laboral cambiante en la actualidad.
“Trabajadores más calificados, más tecnología, eso estaba sucediendo a pesar de la pandemia”, dijo Kleckley.
“Luego tuvimos esta interrupción como nunca antes la habíamos visto. Y desde el punto de vista de un economista, hace un año nunca estuve más perdido al respecto de cómo se vería la economía en tres meses, seis meses desde el comienzo de la recesión. Simplemente nunca habíamos visto algo así”.
Walden dijo que muchos trabajadores minoristas de bajos ingresos probablemente tengan éxito al ingresar a industrias de mayor valor como la tecnología y la salud, que están creciendo en Carolina del Norte, particularmente en el Triángulo, y ofrecen trabajos que no requieren licenciaturas de cuatro años.
En el sector de la tecnología de la información, por ejemplo, el número total de contrataciones aumentó en aproximadamente 2.400% desde febrero de 2020.
Pero las ganancias en algunos sectores significan desafíos para otros.
“Estamos creciendo en tecnología y atención médica, donde las personas pueden mejorar sus habilidades e ingresar a esas industrias”, dijo Walden. “Entonces, al mismo tiempo, tenemos un sector de servicio y hospitalidad muy grande, por lo que los problemas de los comerciantes que se ocupan de estos problemas [de escasez] también son primordiales”.
Aunque Kleckley confía en que la economía seguirá avanzando si puede evitar una posible ola impulsada por la variante delta, cree que tomará más tiempo de lo que se espera. Específicamente, Kleckley confía que los empleadores y las personas encontrarán las soluciones necesarias y se ajustarán a una economía pos-pandémica,
“Esto va a resolverse por sí solo; simplemente no va a suceder hoy o mañana”, dijo Kleckley.