Preschool-aged children play together at the YWCA in Asheville. Photo courtesy of the Buncombe Partnership for Children

Traducción por Aarón Sánchez Guerra

Cuando un niño infantil con su cabello recién peinado y una mochila sobrecargada entra al primer día del kinder, el 90% del cerebro de ese niño ya se ha desarrollado.

El desarrollo cerebral continúa a lo largo de los años siguientes, según investigadores del centro para el niño en desarrollo de la prestigiosa universidad Harvard. Pero el desarrollo de los primeros 5 años de vida (casi 2,000 días) resultan en la fundación de crecimiento cognitivo, social y emocional.

“Aunque obviamente hay la habilidad de seguir aprendiendo, el tema es que eso va a tomar más tiempo y esfuerzo,” dijo Amy Barry, directora ejecutiva de la Asociación de Buncombe para Niños, conocido como el BPFC, por sus siglas en inglés.

Los niños tienen que ser alentados e inspirados en sus primeros cinco años para que se pueda optimizar su desarrollo infantil. Pero, ¿cómo pueden los padres asegurar que sus hijos reciban todos los recursos que necesitan para crecer y poder ser pensadores críticos con regulación emocional y conocimiento social?

Según Barry y su equipo en el BPFC, la respuesta a esto es la escuela preescolar.

Ya que estas escuelas operan separadamente del financiamiento educativo público del gobierno, es desafortunado que acceder este recurso es inalcanzable a veces, y lo es, particularmente para familias de bajos ingresos. 

Esa realidad pudiera cambiar en el condado de Buncombe tras la aprobación del gobierno municipal para otorgar más de $3 millones a BPFC de fondos de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense del 2021 (ARPA, por sus siglas en inglés) para mejorar los recursos de programas preescolares locales.

Fondos ARPA para la escuela preescolar 

El objetivo de ARPA es ayudar a los gobiernos locales a recuperarse de la pandemia. Mejorando la educación infantil es un uso aceptado de ARPA, de acuerdo con pautas federales del Departamento del Tesoro de E.E.U.U., ya que la educación fue impactada drásticamente por la pandemia. 

El aislamiento afectó a la mayoría de la gente en la pandemia, pero investigaciones sugieren que los niños sufrieron lo peor de estar encerrados. 

La pandemia trajo un ambiente para niños infantiles con menos parientes o amigos familiares para convivir ellos. Solamente habiendo padres para jugar con los niños por mucho tiempo impulsó los problemas de comportamiento en ellos.

Un informe del Centro Nacional de Investigación de Educación Infantil muestra que durante el aislamiento pandémico, los cuidadores de niños vieron problemas de comportamiento, humor y conducta con niños pequeños en cantidades más altas en comparación a años típicos.

“Nuestros maestros y maestras tienen mucha experiencia en enseñar sus clases, y son muy buenos, pero necesitan estudiantes que estén emocionalmente listos y socializados en ese entorno,” dijo Deanna LeMotte, coordinadora en el BCFP de sistemas de niñez infantil.

LeMotte condujo un estudio de maestros de kinder de Buncombe que dijeron que sus desafíos mayores surgen de niños que no han sido socializados adecuadamente o examinados por deficiencias de aprendizaje o desarrollo. Eso se puede realizar cuando un niño se inscribe en la escuela preescolar.

Pero en el condado de Buncombe, muchos niños no están inscritos en escuelas preescolares.

Aunque no inscribirse a la escuela preescolar es una opción para familias cuyos padres pueden quedarse en casa o pueden pagar por cuidado de niños, no es posible para otras familias. Esas familias buscan ayuda de programas gubernamentales como el programa de NC Pre-K, que provee escuela preescolar gratuita para niños elegibles.

Pero solamente el 35% de familias en Buncombe son elegibles para NC Pre-K están inscritas en el programa. Esas familias ganan 75% del ingreso promedio estatal, que viene siendo $43,000 para una familia de dos. 

La organización Buncombe Partnership for Children dice que la falta de inscripciones en NC Pre-K se debe a muchas cosas. Por ejemplo, la falta de fondos del gobierno, procesos de solicitud confusos y el pago bajo para maestros y maestras.

Es por eso que esa organización está usando su asignación de $3.2 millones de fondos ARPA para activar un plan de seis partes para apoyar a programas preescolares financiados por el estado.

“Esta asignación nos permite construir y fortalecer al programa local de NC Pre-K,” dijo Barry.

“La meta a largo plazo es que podamos expandir nuestro espacio para estudiantes, servir a más niños con una capacidad que permita a las familias participar de una forma más fácil a través de más horas de operación.”

El plan para el programa Pre-K 

Para lograr la meta de Carolina del Norte de tener 75% de niños elegibles inscritos en el programa NC Pre-K, el BCFP va a usar más de $1.7 million de fondos ARPA para apoyar el aporte al programa del Departamento de Salud estatal. 

Si una escuela preescolar recibe fondos de NC Pre-K, el estado paga el 60% del costo anual de la escuela para una cantidad particular de estudiantes. El estado determina esta cantidad por cada escuela.

Hay ocho programas preescolares en Buncombe, que incluyen el sistema escolar de Asheville, que reciben financiación de Pre-K. Como resultado, ahora recibirán parte de los $50.7 millones de fondos ARPA del condado. 

Cuando comience el año escolar del 2022 a 2023, el BPFC utilizará los fondos para pagar el 40% de estudiantes no financiados a través de NC Pre-K. El costo total de un estudiante preescolar es $9,900 anualmente, según el BPFC.

“Uno de los obstáculos mayores es la financiación para las escuelas,” dijo Rachael Nygaard, la directora de asociaciones estratégicas del condado sobre la “taza inadecuada de reembolso para estudiantes.”

Los fondos ARPA facilitarán este obstáculo para las escuelas preescolares con financiar por completo todos los espacios para estudiantes dentro de NC Pre-K por dos años.

Los proveedores escolares también verán el beneficio a través de fondos ARPA usados para alinear los salarios de maestras preescolares con la de maestras K-12 locales.

El programa de pago del Departamento de Instrucción Pública de Carolina del Norte muestra que los maestros de K-12 sin experiencia comienzan con un salario de $35,000.

No existe tal programa para los maestros de la escuela preescolar, que ganan un salario medio de unos $31,000, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU.

Establecer la paridad salarial entre los maestros de preescolar y K-12 costará más de $50,000 en fondos federales durante dos años, según la solicitud ARPA de la asociación.

“La intención con el salario más alto es reducir la rotación”, explicó Barry.

El condado de Buncombe perdió el 16% de su personal de educación de la primera infancia entre 2020 y 21, principalmente debido a los bajos salarios a causa de la pandemia, dijo.

Los fondos federales también proporcionarán al personal de preescolar tutoría para los alumnos, tiempo libre para el recreo y estipendios con el fin de que más maestros obtengan la licencia de enseñanza desde el nacimiento hasta los 5 años, que se requiere para los maestros principales en las clases financiadas por NC Pre-K. El BPFC planea trabajar con colegios y universidades locales en este programa.

La asociación también contratará a un entrenador del programa para que vaya a cada una de las clases de prekínder de NC de Buncombe y ayude a los maestros con el desarrollo del currículo y los conecte con recursos educativos y de capacitación.

El puesto costará alrededor de $140,000 en fondos ARPA durante dos años.

Los dólares restantes de ARPA se utilizarán para inscribir a posibles proveedores adicionales de NC Pre-K, crear grupos de trabajo para desarrollar soluciones a las barreras de transporte y respaldar el proceso de solicitudes para NC Pre-K.

El BCPF anticipa que estos proyectos ayudarán a eliminar los obstáculos que impiden una educación infantil accesible y de calidad, señaló Barr. La organización impulsa al condado más cerca de garantizar que todos los niños tengan lo que necesitan para prosperar durante sus primeros 2,000 días.

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Shelby Harris a former Carolina Public Press reporter. To reach the Carolina Public Press newsroom, email news@carolinapublicpress.org.

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